viernes, 3 de mayo de 2013

Pérdidas


Hoy escuché tu lamento mudo que no duerme,  
escuché la brizna que lleva rocío, 
escuché el paradigma de tu boca...y no sentí vergüenza.
Me palpita el cuello con ganas de gritar,
ganas de expresar cómo me conmueven tus pasos.
Hoy te vi y supe que eras yo.
Sentado ahí para entenderme a mí mismo.
Aunque hayas muerto. Aunque te hayas ido.
Aunque no te piense. Viviste. Eso basta.
En un instante lo tuve claro, claro, claro...
luego escapó y sufrí tanto tratando de traerlo de vuelta...
¿ dónde se fue ese instante? Y si sólo él tuvo sentido, 
¿dónde iré? No puede seguir buscándote.
Y si al buscarte me traiciono a mí mismo...
Sólo fue un instante. ¿Por qué algo que fue tan puro,
se convirtió en acero entre mis manos?
Tan punzante y doloroso...hay algo que no funciona bien...
¿quién vendrá a arreglarlo?
En qué punto perdí la conciencia de búsqueda
y pensé que la vida era eso...ese acero insatisfecho.
Al minuto blanda y pura...y al instante dura y pesada.
Una mano de metal sobre la garganta, un puño hunde mi pecho.
Cerrar los ojos para pensar en la hierba. La hierba.
Las ramas de los árboles agitándose con el viento.
Viento..llévate este acero. Devuélvelo a la Tierra.
Toda esta basura que creé sobreviviendo.
O no, no hagas nada viento que no quieras hacer.
No hagas nada.
Empújame y llévame volando donde nace la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario