miércoles, 6 de septiembre de 2023

YESHÚA

Yeshúa.

Happiness.

Nerves.

I start to breathe.

My whole body electrified.

Dizziness.

Be here... to breathe.

Be here... to shout.

To release. To help.

To meet you again.

A scene appears:


I am a child and you hand me your lamp... A flame shining between our eyes.

And suddenly I am you, and I am the one who gives the lamp to this child.


- Just as I give you this lamp, so you have to give it to others. It has always been like this - you tell me.


Always.

I keep breathing.

There are no more images.

I keep breathing.

A thought crosses:


- Only this? Isn't there going to be some trauma to go through?


I keep breathing, holding the electricity in my body, until they order it to stop.

I stop.

But my body is still electrified.

The physical anchors me.

I cannot move.

Something crushes me... Pure energy going through my body.

I cannot get up.

Still blindfolded, a memory comes to me:


That day, in Menorca, when I was 30 years old and I was so lost, I was so afraid... You told me:

- You are an angel on this Earth.

- What? It just can't be...

I felt so ashamed... because this really was the only desire of my heart. But it was so difficult to accept.
 

And, now, today the recognition that you already loved me then, makes me dizzy.

You, seeing me whole.

Parts of me hiding.

And I thought that I had already felt the measure of your love in my heart.

I finally try to get up.

Three women support me.

A wet cloth on my face... So much tenderness.

Mothers, sisters... family.

Oh Yeshúa, help me to accept your love.

Help me to see me in your eyes as a happy child, to be your angel. 

viernes, 26 de mayo de 2023

Caminando UCDM

 Los que seguimos a Jesús. 

UCDM nos muestra una verdad ancestral:  
Nada real puede ser amenazado, nada irreal existe. 
Nos adentramos en sus páginas y la Luz comienza a hacer su trabajo. Recuperamos nuestra antigua y tan presente relación con nuestro Maestro, nuestro guía interno: Jesús. Y aquí empieza una de las mayores sanaciones. Porque por lo que sea nuestro maestro es Jesús, no Buda o Ramana, y esto tiene sus propias particularidades. La Luz es una, pero el camino al despertar es altamente individualizado y parece que aquellos de nosotros que sentimos en ucdm nuestro camino tenemos ciertas particularidades. 
Muchos de nosotros hemos confundido el amor con darse en sacrificio (no sé si esto les pasa a los budistas, pero yo lo veo mucho en estudiantes de ucdm, y por supuesto en mí misma) Me adentro en la verdad de ucdm y veo que el Jesús de UCDM no promueve el sacrificio en ningún momento:  nos dice "Dios te quiere feliz", etc....pero aún así, esta es una de las distorsiones más difíciles de trascender para los discípulos de Jesús, porque nuestro maestro fue asesinado en una cruz y la religión que se formó en su nombre ha repetido mil veces  que Él se sacrificó por todos nosotros. 
Es natural que tengamos un cortocircuito con esto. Está bien verlo, y ver hasta donde ha echado raíces para poder entregarlo al Espíritu. No es fácil. Porque hay fotos de nuestro maestro en todo el mundo crucificado. En cambio el Buda brilla en la luz en cada uno de sus retratos. 
Por lo que sea, los estudiantes de ucdm o los discípulos de Jesús, somos esa parte de la mente que viene  a lidiar directamente con la idea del sacrificio. Así que no es casualidad. Nos toca esto.
No es fácil de desentrañar el tema de la crucifixión y  con razón es un capítulo dentro del libro UDCM. Yo lo he leído cien veces, y necesito aún seguir haciéndolo, hasta que cada una de mis células (que responden a creencias en mi mente), se liberen de darle valor al sacrificio. 
Siendo honesta, solo puedo decir que la única manera de entender verdaderamente lo que Jesús quiere decir, es soltando realmente en mi la idea de sacrificio. Perdonando esa ilusión. Y comprendiendo en carne propia hasta donde se la colado esa creencia en mi mente. 
¿Cuántas vidas he sacrificado mi cuerpo, mis necesidades como humana, mis deseos del alma, mi vida en este planeta...creyendo que así llegaba a Dios? ¿Cuántas veces veo a hermanos y hermanas que brillan en sus cuerpos y son felices, y yo me creo mejor porque yo no llamo tanto la atención porque yo cultivo mi vida interior y soy más espiritual y blablabla? Madre mía, cuánto autoengaño. 
La diferencia es sutil y dejarse engañar es muy fácil. A veces solo es un complacer constantemente a los demás y relegarse al último.... lo cual es un escapismo brutal y una confusión: te doy a ti lo que no me doy a mi, así soy más bueno y recupero la atención del Padre...en fin...¿hasta dónde llega esta locura? 
Os comparto esto por si os ayuda. 
Yo contínúo día a día sanando en mi mente la imagen de Jesús en la cruz. En un mundo virtual dónde está vigente la idea de sacrificio, es normal que la historia acabase así. Su única función es que podamos ver en nosotros esa misma creencia y liberarla. Sólo así comprenderemos que esa escena sólo está para perdonar esa creencia. No tiene otro valor. Y mientras escribo esto, siento que aún hay una  parte de mí que quiere gritar: 
"joder, pero es demasiado doloroso, es una mierda, vaya final del mierda, no quiero, no quiero que sea así, está sufriendo coño, ¿no lo véis?..."
Y así sigo gritando y dejando salir todo ese dolor, drenando....Imagino que hasta que pueda despertar a lo que está detrás. 
Pero hoy honestamente sigo drenando esta creencia que me produce dolor. Para no engañarme. Porque yo sé lo que hay detrás: la inocencia, el amor... pero no he venido a curar eso, si no los obstáculos que lo tapan. Y sí, ese obstáculo está ahora mismo activo, y lo veo, y lo habito y lo lloro y no paro de pedirle ayuda a Jesús ni un sólo segundo para que me ayude  a ver más allá. Pero hoy hay dolor. Hoy mi corazón estalla en  mil pedazos. 
Hoy entrego esto a la Luz. 

martes, 16 de mayo de 2023

LO QUE NACE DE MÍ

Lo que nace de mí ahora...

                        en mi estómago, 

                                        en mi vientre, 

                                                          en mi útero lleno de flores y frutos, 

                                                                                                   es la calidez del Hogar.

Se siente intenso el apoyo cálido de una promesa ancestral.

La promesa de lo que está por nacer: 

                                                           el fuego capaz de alumbrar cualquier oscuridad.

Una Luz que no puede apagarse.

                      La sonrisa del que ama y agradece.

                                                  El recuerdo de la Verdad. 

                                                                                                      Mi Libertad. 



viernes, 13 de mayo de 2022

2 MESES, UNA VIDA

Yo estaba embarazada,
pero ya no lo estoy.
Yo llevaba una vida en mi vientre,
y mi compañero ponía su mano en mi panza con sus ojos llenos de ilusión.
Han sido dos meses.
Dos meses puede ser muy poco tiempo,
pero en este caso es toda una vida,
la vida de Ámbar.
Así hemos llamado a nuestro bebé,
este bebé que latía en mi cuerpo.

Dos meses de proyectar una familia de cuatro, una hermana para Sol, un Hogar desordenado y lleno de juguetes tirados por el suelo. Soñar con la panza creciendo, el deseo de Sol de ver mi panza creciendo, mis pechos creciendo, esas amadas tetas suyas que ahora serían para el nuevo bebé.
Tantas cosas atravesándome en lo profundo: el miedo a toda la intensidad de este proceso, al dolor del parto, a que algo vaya mal, a perder a la bebé, a que duela, a hacer algo mal... El miedo al miedo, a que la bebé sienta mi miedo... y dentro de todo este sentir el inconsciente abriéndose y yo tomando conciencia de todo lo que se mueve en un embarazo. De cómo esta luz nos atraviesa dejándonos desnudas, frágiles. Vulnerables y en contacto directo con esa soledad existencial que tod@s llevamos dentro. Sintiendo un sinfín de emociones y sensaciones que parecen incorrectas, pero entendiendo en lo profundo, la inmensa sanación para tod@s cada vez que una mujer se abre a dar vida. La certeza de que ninguna mujer debería pasar por esto sola, y la determinación de compartir más y abrirme más para no pasar por esto sola.
Las náuseas, el continuo malestar, el no poder hacer nada, el tener que comer cada hora sintiendo el amargor en la boca y el asco. El kiwi en el desayuno para poder ir al baño. El sueño, el sueño, el sueño. Todos esos pensamientos de ataque: "he de trabajar más para poder ahorrar, pero, mierda, no puedo con mi cuerpo... ¿Cómo voy a trabajar luego con la panza grande? No quiero estar preocupada por el dinero..." Y es que ninguna mujer embarazada debería estarlo, está dando vida, coño, debería ser contenida, cuidada y amparada... Dentro de mí una voz susurrándome: "Confía en la Vida, la Vida es una Madre, déjate cuidar." Y yo cayendo en los brazos de esta ternura y confiando. "A la mierda todo. Pienso disfrutar de cada instante de este milagro."

Yo soltando todo lo que no sea la ternura conmigo misma.

Y a los dos meses tu corazón dejando de latir.
Todo se para.
Vacío.
Tristeza.
No entiendo nada.
¿ Para qué?
Tú papá roto, llorando, de nuevo la tristeza en nuestro Hogar.
Yo sabiendo que mi cuerpo ha de soltar todo lo que construyó para ti, pequeña, en estos dos meses. El miedo a que duela, a que no pueda hacerlo en casa...
De nuevo pensamientos de ataque: "Ahora tengo que volver a ser productiva, ya no tengo excusa, pero me siento cansada y mi cuerpo aún ha de sangrar todo esta vida que formó, ni siquiera sé dónde estoy, dónde estaba..."
Pérdida. Desamparo.
Sin embargo, cuando escucho, en el silencio, en lo profundo, tú, Ámbar, sigues aquí. Aún no te has ido. Tú sigues aquí, porque yo te siento. Te siento pequeña. Y sigues siendo mi bebé, y yo sigo siendo tu mamá. Y te abrazo, y me abrazas. Y cuando escucho aún más profundo, sé que también eres una compañera de camino. Y te siento grande y sabia a mi lado.
Y esta alma sabia que se ha convertido en nuestra Ámbar durante un tiempito y para siempre me susurra: "recuerda la ternura, recuerda que estás siendo cuidada. Tú y yo somos hijas de una Vida que nos ama."
Y yo vuelvo a soltarlo todo, rendida a este duelo, al vacío de los días en casa, a la ternura de mi compañero cuidándome siempre con tanto amor y dulzura. Yo cuidándolo a él, acariciando su tristeza, la inocencia de su desilusión de niño abandonado, su corazón anhelando dar tanto amor y cuidado.

Y mi cuerpo comienza a hacer su trabajo de limpieza de forma natural, amable, transitando caminos que ya conoce, suave, tranquilo.
A medida que pasan los días la delicadeza toma su lugar y todo se vuelve sereno y amable.

Dos meses, sólo han sido meses, pero han sido una vida.

Una vida contigo, Ámbar,
nuestra pequeña,
nuestro bebé,
nuestra hijita de las estrellas.


Eres infinitamente amada y eres parte de esta familia para siempre, al igual que David, tu hermanito, otro bebé de las estrellas que nos acompañó 9 semanas.
Gracias.
                                                                  

jueves, 22 de abril de 2021

En este tren

Viajo en este tren que me lleva desde las montañas a la ciudad y observo a sus pasajeros. Mi vista se posa aquí y allá, pero de pronto llega a mi nariz el perfume de esta chica que se sienta a mi lado. La miro de reojo y vuelvo mi mirada a la ventanilla.  Aparentemente tan distintas. Ella se ha peinado, se ha arreglado, huele a limpio y a perfume. Se sienta recta preparándose para llegar. La huele y pienso, qué rico olor. Qué limpita va. Qué agradable. A mi también me gustaría ir a así. Tomarme el tiempo de darme todo ese autocuidado. De acariciarme con jabón y con perfume. 
Pero quizás mi autocuidado pase por olerla a ella ahora. Este instante en que su perfume me lleva a la seguridad del hogar. Ella y yo viajando juntas en este tren, envueltas y a salvo en el olor de este rico perfume. Cojo su mano con mi pensamiento y le doy las gracias. El anhelo de unión florece en mi interior. Lágrimas por la cantidad de juicios que como un software caducado veo deconstruyéndose  en mi cabeza. No quiero volver a juzgarte nunca más, ni a ti ni a mi, le susurro con mi pensamiento. No quiero pensar qué eres  distinta, que no te conozco, que no formas parte de mi. Todos esos gestos se sienten tan violentos. Deseo este instante de ternura que me sana, que me cuida, que me ama. Este instante fuera del tiempo donde tú y yo, mecidas por tu perfume, recordamos que somos hermanas. Que somos amantes. Que somos una.


sábado, 6 de marzo de 2021

Relación Santa

En este tiempo de silencio, 
este regalo de paz y soledad, 
me encuentro. 
Y te encuentro. 
A pesar del tiempo, 
aquello que veía en ti no ha cambiado. 
Al tocar mi vulnerabilidad te siento cerca, 
sujetando mi mano, 
cuidándome. 
Padre bueno eterno. 
Compañero. 
Tu deseo de amar, 
de cuidar, 
madre sin serlo. 
Me uno a ti. 
En este instante me uno a ti y te recuerdo. 
Es curioso, 
como hay una "fortaleza" que me aleja de ti: 
"venga ya, ya puedo sola. Ahora quiero que seas para mi tal y cual cosa, a ver a ver", 
y empiezo a exigir. 
 A dejarte fuera de esa "fortaleza" y a sentirme sola, separada de ti,
 ....de mi. 
Pero cuando caigo rendida en mi pecho, 
en las lágrimas, 
 en la niña que soy, 
en la vida que me habla...
te veo a mi lado sujetando mi mano. 
Y esto creo que ocurre más allá de mi y más allá de ti amor. 
Sujetas mi mano siempre. 
No porque seas especial, 
 si no porque eso es lo que eres. 
Lo que quizás somos. 
Puro amor y cuidado, 
más allá de este mundo inventado.


jueves, 12 de noviembre de 2020

SÓLO TÚ, MADRE

Ahora sé que tu Amor es suficiente Madre. 

He vuelto sobre mis pasos para volver al instante en que me alejé de ti. Una maraña de pensamientos confusos turban mi mente cada vez que intento tocarte. Cada vez que intento tratar de entender qué fue lo que pasó.  Pero cuando tu mano, Madre, toca mi pecho, todo mi ser cae a tus pies sacudido en lágrimas. Tu luz entra en mis rincones escondidos como una caricia que consuela cada hilo de memoria que sostengo en la ilusión del tiempo. 

Estoy empezando a sentir tu consuelo Madre.  Estoy empezando a oír Tu voz susurrándome : "Te veo, te amo, te espero." Empezando a sentir tu sonrisa en mi pecho, tu  alegría llamándome: "no ha pasado nada hijita mía, nada en absoluto."

Madre, si eso es verdad, entonces nada de lo que creo haber vivido ha sido real. 

Sólo tu Amor es Real y yo sólo quiero escuchar tu Voz.