Caminando dentro del agua mojada,
la humedad en los huesos
y cansancio en el alma.
Pensando el curso del río
para sortear las piedras y
agarrar del tiempo el hilo.
Avanzando contra corriente
hasta agotar la voz
y sentir cerca la muerte.
Partirme en dos tras una rama,
respirar mi frustración
y soltar mi peso al agua.
Bajar sin freno y y sin mástil,
atravesando piedras heridas
y sentir mi pecho grácil.
No mirar jamás atrás
porque lo que fue se deshizo
y siempre hay río que bajar.
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