lunes, 26 de septiembre de 2016

FRUTA DE DREYS

Los elmers eran los frutos que maduraban  en los árboles de Dreys, pero casi  nunca caían al suelo. Esto no se supo hasta que el mismo Elmer Branovih lo descubrió y le puso a la fruta autóctona de Dreys su propio nombre. Hasta que Elmer Branovich no descubrió que los árboles eran  inteligentes, los colonos arrancaban sin más las frutas de los árboles. Los elmers eran dulces, pero también seres conscientes Los primeros pobladores del planeta  los habían consumido sin percatarse de que el jugo que supuraban justo antes de llevárselos  a la boca eran lágrimas.

El mismo Elmer los había comido indiscriminadamente cuando  llegó a Dreys con la segunda colonia terrestre. El planeta era joven y no había dado señal de vida inteligente, por eso ofrecía tantas posibilidades a los humanos. En el año 3054 el humano comenzó a comunicarse con vida inteligente extraterrestre. La sorpresa ante la variedad de sus vecinos pasó pronto,  al darse cuenta de que casi todas las razas se le habían adelantado en el viaje espacial  y la mayoría de planetas de la galaxia estaban habitados. La  vida en la Tierra se había vuelto insoportable debido al auge demográfico. Por ello cuando los Orturus, raza extraterrestre bastante amigada a la humana, compartió con ellos el vuelo interestelar, los humanos se lanzaron a colonizar el espacio. Se dieron cuenta enseguida de que en la mayoría de mundos tenían que compartir habitat con una o más de una forma de vida inteligente. La ONU galáctica regulaba estrictamente las normas de convivencia y el humano tenía que aceptar innumerables normas que le eran ajenas e incómodas. Por ejemplo, en Sirio, convivían humanos con lupanos. Los lupanos llevaban siglos en la estrella antes de la llegada del humano y eran fotosensibles. Vivían bajo  tierra, lo que para los terrícolas no dejaba de ser deprimente. La ONU era tolerante y dejaba al humano que quisiera  construir casas exteriores, ,eso sí, a un precio elevadísimo y  después de ahogarlo en un laberinto burocrático. Al final sólo los humanos más ricos y persistentes tenían casas en la superficie de Sirio, el resto vivía bajo tierra alumbrados con tristes bombillas fotónicas.
Dreys había sido descubierto por Cósimo Mergal-Dreys, un terrestre que llevaba su nave Coca de un extremo a otro de la galaxia comercializando con materias de primera necesidad. Cuando la ONU inspeccionó Dreys, concluyó que era un planeta sin ninguna vida inteligente y debido a la falta de minerales de su tierra muy duro para vivir. Con una tierra tan pobre, el cultivo de cereales trangénicos, base de la alimentación en toda la galaxia, supondría un trabajo extenuante.  Hornadas de humanos que no temían el trabajo duro, pero sí la incomodidad de convivir con otras especies plantaron en Dreys la primera colonia. Tras la primera década, la colonia decidió ser lo más independiente posible de los otros mundos, por ello, aparte de los frutos de lo árboles autóctonos  que ofrecían gran cantidad de nutrientes, la colonia decidió subsistir solo  de los cultivos de cereales transgénicos plantados con el sudor de su frente.

"El gabinete del gobierno de la colonia se resiste a pedir  ayuda a la ONU con el problema de la carne. Está dispuesta a convertirse al veganismo con tal de romper el lazo de dependencia que la une a la burocracia galáctica. Los humanos en Dreys se encuentran en perfecto estado de salud gracias a las frutas autóctonas y a los cereales transgénicos. No hay ningún altercado notorio, salvo la coincidencia de tres niños ingresados esta semana que dicen haber comido frutas autóctonas y sentido una gran pena posterior. Ahora se niegan a comer  las frutas aduciendo que están vivas y sufren. Los tres casos han sido derivados al psicólogo infantil  de la colonia."
                         Extraído del Diario de Gobierno de Dreys a 7 de Julio del año 3124

Durante décadas muchos niños de Dreys habían seguido terapia por el mismo motivo. Que nadie sospechase de tan  tremenda casualidad era propio de un planeta donde el esfuerzo por la supervivencia diaria no dejaba sitio a la imaginación. Hasta que fue el niño Cleo  Branovih el que se negó a comer  un fruto más. El hijo de  Elmer le explicó a su padre que la fruta lloraba antes de ser comida. Elmer Branovih, biólogo de la colonia,   sabía que su hijo había heredado su mente, así que se negó a llevarlo al psicólogo y se  puso a investigar. Los primeros años fueron difíciles, pero los casos de niños que decían sentir pena por la fruta aumentaron y con ello su empeño. 
Elmer llevaba tiempo observando las construcciones en Dreys. A pesar de ser un planeta plagado de árboles, las casas eran de piedra. Leyendo en los diarios de los primeros colonos encontró algo que le llamó la atención

" ... varios casos de casas de madera atravesadas por árboles. Al parecer las únicas construcciones que no enfrentan este problema es la casa de gobierno y la prisión  hechas de piedra. Varias personas en el comité proponen construir en piedra para evitar..."
           Extraído de Diario de Gobierno de Dreys a 14 de Septiembre del año 3144

Tras leer aquello la mente de Elmer recordó como los habitantes de Dreys jamás encontraban fruta en el suelo, como si ésta jamás cayese de los árboles. Sin embargo como biólogo Elmer sabía que cunado el fruto maduraba caía al suelo  para que la semilla de su interior  germinase convirtiéndose en otro árbol. Sin embargo las frutas de estos árboles tardaban en madurar  11 meses y luego iban haciéndose cada vez más pequeños hasta desaperecer tragados por el propio árbol. Elmer estuvo observando el mismo árbol durante más de  dos años y en ningún momento dejó caer una fruta.  Seguido por una repentina intución,  taló un árbol y con su madera construyó una casetilla al lado de otro árbol. A los dos días, con un sonoro golpe,  un fruto atravesó el techo de la casetilla, y a los cuatro meses un árbol la atravesaba. Elmer llegó a la conclusión de que los árboles protegían conscientemente el equilibrio del ecosistema,  por eso cada vez que un árbol moría, un fruto  caía para dar lugar a otro, pero era una elección consciente. Las investigaciones siguieron durante años y Elmer pudo demostrar frente a la OMS galáctica que los árboles eran inteligentes y la prohibición para comer  elmers se impuso en Dreys.

"...lluvia de jugos por todo Dreys. El fenómeno se da desde que se implantó la prohibición de comer elmers. A la espera de ayuda externa para enfrentar las inundaciones...."
           Extraído del Diario de Gobierno de Dreys a 28 de noviembre del año 3168

Metido en la mitad de una riada Elmer no podía entender el llanto de los frutos. ¿No estaban felices ahora que nadie los comía? ¿Ahora que podían vivir igual que antes de que llegara el humano a Dreys? Se bajó de su barca de plástico y puso los pies en Reos, la parte del planeta menos afectada por las inundaciones. Llevaba meses viajando para comprobar por sus propios ojos ciertas habladurías que contaban que los árboles de Reos no lloraban. Elmer se adentró en un bosque y llegó hasta un poblado. Niños jugaban en las calles ajenos a la desgracia que asolaba al resto de sus vecinos de Dreys. Elmer no entendía sus  calles secas. ¿Acaso sería verdad que aquí los árboles no lloraban? Elmer se acercó a un grupo de mujeres que charlaban en la puerta de una casa. Su ira se encendió al ver que las mujeres, mientras charlaban despreocupadas,  comían elmers.

- ¡Pero qué hacen mujeres, son seres inteligentes, escupan...!
Una de ellas, la más vieja, se giró a mirarlo y le dijo:
-Ay mijito, por eso mismo, no los vamos a privar de un viajecito por el cuerpo humano. Coja una, dele las gracias nomás y disfrute que está bien rica esta frutita.
Elmer se quedó pasmado y  tardó en reaccionar, pero al cabo de unos minutos entendió lo que pasaba. Dio las gracias a las mujeres y rápidamente se puso en marcha de vuelta a casa con la solución en la mente.

"Se levanta la prohibición de comer elmers y se establece el protocolo de convivencia con ellos. Los humanos proporcionarán a los elmers el honor de ser ingeridos para su viaje de transformación, después de reconocerlos como iguales y agradecerles el intercambio. De ese modo se conseguirán dos objetivos: 1. Parar  las inundaciones en Dreys. 2. El fruto al ser reconocido  no llora antes de ser ingerido y comienza el viaje de transformación en paz. De ese modo el jugo, altamente nutritivo, no se pierde y el humano consigue todo lo que necesita para alimentarse."
                     Extraído del Diario de Gobierno de Dreys a 13  de Abril  del año 3170

Implantada la nueva ley los humanos de Dreys se dieron cuenta del poder nutritivo del jugo del elmer. Los primeros años el fruto se convirtió en el único alimento entre las familias más pobres que dejaron de comer cereales transgénicos sin que esto afectara a su salud y crecimiento. Tras la primera década tan sólo la clase política  se alimentaba de  cereales y llegado el año 3193 se clausuró la importación de semillas de cereales de otros mundos. 
Hoy los nietos  de Elmer Branovich siguen investigando la simbiosis entre elmers y humanos y transmitiendo a otros mundos todos los efectos de esta relación. A día de hoy en el planeta nadie trabaja para conseguir alimento. Dreys se ha convertido en el primer planeta libre de la galaxia.

" Mientras sigue pendiente el debate para la exportación legal de elmers el  gobierno de Dreys pide ayuda para afrontar el problema del contrabando de la fruta a otros mundos..." 
                    Extraído del Diario de Gobierno de Dreys a 7  de Enero  del año 4003











domingo, 25 de septiembre de 2016

SALTO

Acércate. No estás solo. Es mentira.
Sal de tu mente.
Llora, respira. Toca tu rostro y advierte que
existes. Deja de pensar en los otros pensándote. Ellos a su vez se piensan una y otra vez, tampoco ven. Cierra tus ojos y salta. ¡Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Ahora me ves. Estás fuera. Observa. No es un sueño, ni esto ni lo que has dejado atrás. Eres tú, pero más ancho. Has de volver. Lo sé. Recuerda. ¡Ahoraaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

EL SALÓN DE LOS ESPEJOS

Entro en la sala de los espejos y cada reflejo de mí me devuelve la mirada. Cierro los ojos para no ver y mis pies emprenden la huida. Recorro pasillos que me llevan a esquinas que desembocan en otras salas de espejos. No hay forma de encontrar la salida y ni siquiera recuerdo el momento en el que entré en este laberinto. Corro de nuevo y corro, y me espanto en cada esquina para volver a correr despavorida. Sufrimiento en cada huida. Ya basta. Caigo al suelo sin aliento. Abro los ojos y me voy arrastrando hacia una esquina aunque sé lo que hay tras ella.  La supero todavía  a cuatro patas y entro en la maldita sala. Voy hacia el centro y poco a poco me planto de pie y abro los ojos. Elijo un reflejo y aunque deseo golpearlo me contengo. 
¡¿Quién eres?! ¡¡¿Quién eres?!!
Tengo miedo, pero no volveré a huir, no puedo volver a pasar por eso.
Aquí me quedo mirándote.
Silencio. 
Vacío insoportable, pero no moriré.
No voy a dejar de mirarte, ya dejé de inventar espantos. 
Me sumerjo en mi reflejo.
................................................................................................................................
Mi cuerpo se abre.
Y silencio.
En medio de mi calma tus ojos cambian, lo veo. 
Te veo...te veo entrando en una noche oscura, caminando hacia lo profundo. 
Tu paso siembra destellos de luz. 
Te veo danzar. 
Oigo tu canto que abre la  oscuridad y deja que entre el mar.
Antes de que el agua atraviese el espejo yo rompo en llanto y me uno a ti en una cascada que inunda la sala. Me veo llorar en cada reflejo, mi llanto multiplicado hasta el infinito. Mojada pienso que si el agua sigue subiendo me ahogaré...por eso intento correr, pero mis piernas convertidas en cola de sirena bucean la sala como si fuera el océano. 
Y respiro.
Puedo respirar en  este agua hecha del dolor que viví. 
Ahora recuerdo, me acuerdo de la danza entre los mundos.
¡Lo recuerdo!



jueves, 22 de septiembre de 2016

CAMINAR

Dejé de esperar a que vinieras a dibujar mi camino.
Hice mi sendero parándome a descansar en mi pecho.
Caminé muy rápido para no llegar a ningún sitio,
y caminé lento en medio de  tormentas de llanto.
Anduve a oscuras avanzando a base de fe y rabia.
Cuando comprendí de nuevo mi senda caí al suelo agradecida, pero tuve que descansar para penar mi ceguera.
Dejé que la rabia y el miedo salieran, piedras cayendo de mis bolsillos. 

Ahora camino lento, lento, lento...

y a veces me confundo con la vereda.

lunes, 19 de septiembre de 2016

EMPATÍA

Empatía...
Prueba en mi corazón de que somos uno.
Siento lo que tú sientes aunque
mis sentidos no han pasado por la misma experiencia.
Siento  lo que tú sientes mientras mi mente repite: "ilógico".

Empatía...
Regalo  para salir de la ceguera de esa soledad en la que creemos estar y que es mentira...
porque tú eres yo y yo soy tú.
Hoy con calma cuido de mí, para cuidar de tí.
Hoy me abrazo para abrazarte.
Hoy me respiro lento para respirarte dentro de mí y aliviar tu dolor....
y mientras se limpian los hilos de tu existencia mis propias hebras salen a que les de el sol.

sábado, 17 de septiembre de 2016

OCÉANO

Contigo cruzando el océano. 
Atrás las mentiras y el tiempo. 
No hay edad, tan sólo lo que queremos. 
No vendemos nuestras vidas al miedo. 
El cielo en  el mar espera a que sople el viento. 
Quizás me mareo, pero es un sueño.
Estamos solas. Yo y tu inspiración. 
Veo el  horizonte, entro en la vida. 
Pena tranquila al volver corazón. 

                                                           
                                                               Los ecos del hacer,  hacer y hacer aún golpean mi sien,
                                                               pero me abro en cada golpe para sentir.
                                                               Es raro estar. Perdón a cada instante. Vacío.
                                                               No me enfada el mundo. No escapo.
                                                               Entro dentro sin saber. Respiro la brisa y vuelvo aquí.
                                                               Las mismas historias....las suelto en el mar...
                                                               El sol se nubla,  no me hace infeliz...no hay  excusas...
                                                               Escupo la manzana y despierto...lo siento...

La vida torcida desde mis ojos cae al agua.
Cierro los párpados para ver.
Estoy naciendo de nuevo.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Junto a ti


Buceo en mi pecho y siento todo y nada.
La tristeza de haberme creído sola me ancla al corazón.
Aquí me quedo, observando, sintiendo,  perdonándolo todo.
Pequeña niña de cristal, ¿quienes somos tú y yo?
No recordaba tu carita entre las flores, ni tus manitas perfectas, pero ahora te veo.
Podemos cruzar el mundo tú y y yo juntas.
Podemos amar el mundo tú y yo juntas y salir a jugar con  el puzzle de tantas historias.
¿Me llevarás un día a la cabaña donde ella te espera siempre con un abrazo y  con olor a puchero?
Yo prometo llevarte a la casita del bosque donde viviremos y nuestro nietos irán a visitarnos.
Siento mi corazón que es el tuyo, tu fe, tu inocencia.
No tengas miedo  niña de algodón, estamos a salvo.
La Tierra es nuestro hogar y nos cuidan las estrellas.


lunes, 12 de septiembre de 2016

OH, PUCHERO, A TI TE ROGAMOS

La tradición de las zanahorias es orar ante Zan, el padre Puchero. Yo soy Balo, soy zanahoria y soy leal a mi clan y a Zan por encima de todo. Mi casa está en la linde, y desde aquí puedo ver a los otros clanes. 
Al sur acampa el clan patata. A veces me acerco a sus tierras y escondido observo cómo viven. Los patatas son chatos y de color apagado. Ellos también adoran a un padre Puchero, pero lo llaman Pat y es chato y de color feo como ellos. Mi padre me contó que varias generaciones atrás el clan zanahoria y el clan patata convivían juntas como tubérculos, pero llegó un momento en que los patatas se pusieron insoportables. Hubo una guerra y luego el acuerdo de paz de las raíces. Ahora cada clan tiene su tierra y ya no tenemos que aguantar a ese Pat falso y amarillento. Yo he nacido en época de paz y eso es bueno, pero aburrido. Me acerco a las tierras de los patatas para sentir un poco de miedo y asco. 

Al este de la linde vive el clan garbanzo. Su tierra es tres veces más grande que la del resto de clanes. Los garbanzos son violentos y siempre están conquistando nuevas tierras. Mi padre siempre dice bajito: "robando tierras". Los garbanzos son pequeños y prepotentes. Todos les tienen mucho miedo. Yo también. Los garbanzos dicen que su padre Puchero, Gar, fue el primero. Los otros clanes nos hemos resistido siempre a aceptar esta verdad y muchos han muerto por ello. Para mi Gar es un padre ridículamente redondo y me causa risa, pero jamás me atrevería a decirlo en voz alta, porque enfrentarse a un garbanzo supone la muerte. Son expertos en la guerra y siempre consiguen más tierra. Nunca voy hacia el este.

Hacia el norte se encuentra el clan tocino. Los tocinos son conocidos por ser amables y pacíficos. Tienen aspecto grasiento y pesado y llevan siglos adorando a Toc, un padre Puchero de aspecto ridículo como ellos. Toc es el padre más débil y aburrido porque acepta a los otros padres y dice que todos juntos hacen a padre Puchero. Siempre sonríen. A veces me acerco a sus tierras y me río de ellos.
Lo único que compartimos todos los clanes es a madre Sopa. Todos flotamos en ella, y ella llega a cada rincón de Olla, la tierra donde vivimos todos los clanes. Gracias a Sopa flotamos seguros. Sin embargo, el peligro de Sopa es que, dependiendo de cómo se mueva Olla, a veces trae a nuestras tierras trozos de seres de otros clanes. Cuando eso pasa mi madre grita y llora. Estos trozos son enseguida aislados y devueltos a sus clanes, pero a veces permanecen con nosotros días hasta que podemos aprovechar los movimientos de Olla para devolverlos.
Mi padre es el encargado de custodiar a estos seres hasta que son devueltos. Hoy ha traído a casa a un niño del clan tocino que vivirá con nosotros unos días. Mi madre está histérica y nos ha prohibido hablarle, pero el niño tocino no para de preguntar y sonreír.

P: ¿Cómo te llamas?
B: Balo. 
P: Yo me llamo Panceta.
B: Estás sudando, Panceta. (digo riéndome)
P: Nosotros siempre sudamos, así sabemos que estamos sanos.
B: Mi padre dice que los tocinos sois unos pesados.
P: El mío dice que vosotros sois ignorantes... Espera, no te vayas, por favor. Lo siento. También dice que sois necesarios y que el padre Puchero os necesita.
B: El padre Puchero es Zan y no hay más que hablar. ¿O crees que padre Puchero suda?
P: Supongo que una parte de él suda...no sé...
B: Cállate. Zan es padre Puchero.
P: Perdona.
B: ¿Has visto alguna vez un garbanzo de cerca? 
P: Sí. 
B: ¡Mentira!
P: ¿Cuándo volveré con mi familia?
B: No lo sé. Sopa está empezando a hervir, mi padre esperará a que enfríe para enviarte. ¿Cuándo has visto un garbanzo? 
P: Mi padre habla con los garbanzos que se acercan a nuestras tierras. Yo voy con él.
B: ¿A qué huelen?
P: No lo sé, pero siempre están enfadados. 
B: ¿Y por qué se acercan a vuestras tierras? ¡Malditos! ¿No tienen bastantes con las suyas?
P: Quieren la Olla para ellos. 
B: ¿Y qué les dice tu padre?
P: Que si eliminan al resto de clanes, madre Sopa y padre Puchero no tendrán sabor.
B: ¿Sabor? ¿Qué es sabor?
P: Es el propósito de padre Puchero... (dice Balo dudando si continuar o callar)...cuando los seres de fuera abran la Olla...
P: ¿Qué seres? ¿Qué dices de fuera? Fuera no existe nada, eso son mentiras. (estoy empezando a asustarme sin saber porqué)
B: Puede ser, pero cuando ellos abran la Olla nos mezclaremos todos  de nuevo.
P: ¡Ni yo ni ningún zanahoria se va a mezclar con un tocino! ¡Antes muerto!
B: Mi padre dice que esto ya ha pasado y que volverá a pasar.
P: Tu padre es un tocino chalado y tú eres un...

De pronto siento como Sopa se mueve y tengo que agarrarme a Panceta para no perder el equilibrio. Oigo un  grito de mi madre y el llanto de mis hermanos.  Me suelto asqueado del niño tocino y salgo al exterior a ver qué pasa. Una luz nueva e inmensa lo ilumina todo. Seres de todos los clanes corren despavoridos mezclándose entre sí en un caos sin sentido. Intento ver a mi familia, pero no los distingo entre la confusión que me rodea. Tengo un nudo en la médula y no soy capaz de moverme, estoy aterrado.

P: ¡Han abierto la Olla! (dice Panceta a mi lado)
B: ¡Mamá! ¡Mamá! (grito desesperado mientras mis lágrimas naranjas caen en Sopa)
De pronto algo viene desde el exterior de Olla y nos agarra a Sopa y a unos cuantos y nos sube hacia arriba, donde la luz es aún más cegadora. Panceta y yo nos agarramos el uno al otro inconscientemente y en mis raíces veo agazapados dos garbanzos y un patata.
P: Tranquilo Balo, nacimos para esto...

El niño tocino calla en el momento que la luz se hace menos intensa y entramos en una especie de hueco oscuro y húmedo. Dentro de esta caverna un  pensamiento  cruza mi cabeza, "somos sabrosos", y siento una extraña alegría. En ese mismo momento las paredes de la caverna nos aplastan  a los unos contra los otros repetidas veces y de forma violenta. Los garbanzos, la patata, Panceta y yo nos mezclamos de tal forma que no sé dónde acaba mi cuerpo y empieza el de los otros. Antes de caer por  un enorme tobogán vuelvo a tener un extraño pensamiento, "somos Padre Puchero" y la oscuridad se hace total.







Siente

A veces puedo sentirte en algún rincón de mi cuerpo y sé que si te pienso te irás. 
Por eso respiro profundo y te siento. Te siento agazapada, temerosa y cada vez que intento solucionarte tú  te me escapas. Por eso hoy prometo que nunca más voy a juzgarte. Nunca más voy a confundir tu llanto con la lluvia. Nunca más voy a despistarme y perderte de vista en el pasillo donde habitan mis monstruos. 
Hoy te abro mi pecho para que te sientes en él como si fuese un campo de flores. 
Veo tu mirada posarse en el cielo azul e inundar mi frente de luz. 
Aquí, ahora, es fácil. 
Tú y yo...  seguras y a salvo siempre.
Déjate mecer por el aire, siente la Tierra.
Ahora es el momento,.. me planto, abro los brazos y esparzo mi semilla.
Tú y yo juntas somos magia, magia, magia.