Veo en ti una estela de arroz y estrellas.
Veo en ti un niño mágico, lleno de algodón por repartir.
Veo en ti un hombre donde descansar y apoyar mi rostro.
El océano ruge fuerte y golpea las rocas,
pero yo veo tus aguas tranquilas amparando mi cuerpo.
Tu calma es asilo y tu paz, recuerdo del cielo.
Amarte es amar la tierra.
Quererte es besar el mar.
No viniste a penar, niño del alba.
No viniste a sufrir, niño de sal.
Viniste a enseñar.
A enseñar a jugar y a vivir.
Suelta la roca que te aplasta.
Suelta la pena que te ahoga.
Despierta a tu verdad.
Y recuerda que tu inocencia es fuerza.
Recuerda que tú eres un Rey.
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