jueves, 13 de febrero de 2020

Cruzando el mar II

Quizás no tenga que construir ese barco y cruzar. 
Quizás solo venga cada día, un ratito a la mañana y otro ratito a la noche, 
para dejar que ella me mire, me sonría y me recuerde algo que olvidé. 
Mientras más vengo a mirarla más corta se hace la distancia entres mi tierra y la isla.
Y aquel cansancio que arrastraba está desapareciendo. 
Una nueva energía fluye en mi. 
Ahora no siempre pierdo la paciencia con los míos. 
Ayer comencé a pensar que podría hablarles de este islote. 
Pensé que aquel paraíso no tenía que ser solo para mí. 
Incluso deseé que fuese para todos. 
¿Qué sentido tendría cruzar yo solo? 
Siempre miraría atrás y una parte de mi aún seguiría en la tierra. 
Por eso he dejado de construir la barca.
Solo pido cada día el milagro de que ella me mire, para poder vivir un día más en esta tierra, 
dónde últimamente, todo se me hace ya distinto. 
No sé si mejor, más llevadero, o simplemente vislumbró una ternura que antes no veía. 
¿En qué terminará esto ahora que siento que este viaje no tiene distancia?
leccion 200 #ucdm

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