De mi garganta brota una verdad profunda que te dice no. No puedes pasar. Ahora soy la roca de raíces de roble. Ahora soy el fuego que calienta mi aliento y quema lo falso. Porque yo elijo. Porque yo me permito caminar de la mano del alma. Es cierto, no sé hacia donde voy, pero sé de dónde vengo y lo que merezco. Por eso la certeza del hogar cubre mi piel y susurra magia en mis oídos. Mi familia me espera en la certeza de un encuentro planeado hace siglos. Es más fácil de lo que pueda parecer, mis pasos saben el camino. La pereza tira a veces de mí hacia atrás, pero la sacudo a golpes de fe. Confío en mi humilde poder. Hermanos y hermanas inspiran mis pies y alientan mi espíritu. El canto de mi madre guía mi sendero. Allá voy. Una risa brota serena del pecho... Ya estoy. Hogar.
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