lunes, 12 de septiembre de 2016

OH, PUCHERO, A TI TE ROGAMOS

La tradición de las zanahorias es orar ante Zan, el padre Puchero. Yo soy Balo, soy zanahoria y soy leal a mi clan y a Zan por encima de todo. Mi casa está en la linde, y desde aquí puedo ver a los otros clanes. 
Al sur acampa el clan patata. A veces me acerco a sus tierras y escondido observo cómo viven. Los patatas son chatos y de color apagado. Ellos también adoran a un padre Puchero, pero lo llaman Pat y es chato y de color feo como ellos. Mi padre me contó que varias generaciones atrás el clan zanahoria y el clan patata convivían juntas como tubérculos, pero llegó un momento en que los patatas se pusieron insoportables. Hubo una guerra y luego el acuerdo de paz de las raíces. Ahora cada clan tiene su tierra y ya no tenemos que aguantar a ese Pat falso y amarillento. Yo he nacido en época de paz y eso es bueno, pero aburrido. Me acerco a las tierras de los patatas para sentir un poco de miedo y asco. 

Al este de la linde vive el clan garbanzo. Su tierra es tres veces más grande que la del resto de clanes. Los garbanzos son violentos y siempre están conquistando nuevas tierras. Mi padre siempre dice bajito: "robando tierras". Los garbanzos son pequeños y prepotentes. Todos les tienen mucho miedo. Yo también. Los garbanzos dicen que su padre Puchero, Gar, fue el primero. Los otros clanes nos hemos resistido siempre a aceptar esta verdad y muchos han muerto por ello. Para mi Gar es un padre ridículamente redondo y me causa risa, pero jamás me atrevería a decirlo en voz alta, porque enfrentarse a un garbanzo supone la muerte. Son expertos en la guerra y siempre consiguen más tierra. Nunca voy hacia el este.

Hacia el norte se encuentra el clan tocino. Los tocinos son conocidos por ser amables y pacíficos. Tienen aspecto grasiento y pesado y llevan siglos adorando a Toc, un padre Puchero de aspecto ridículo como ellos. Toc es el padre más débil y aburrido porque acepta a los otros padres y dice que todos juntos hacen a padre Puchero. Siempre sonríen. A veces me acerco a sus tierras y me río de ellos.
Lo único que compartimos todos los clanes es a madre Sopa. Todos flotamos en ella, y ella llega a cada rincón de Olla, la tierra donde vivimos todos los clanes. Gracias a Sopa flotamos seguros. Sin embargo, el peligro de Sopa es que, dependiendo de cómo se mueva Olla, a veces trae a nuestras tierras trozos de seres de otros clanes. Cuando eso pasa mi madre grita y llora. Estos trozos son enseguida aislados y devueltos a sus clanes, pero a veces permanecen con nosotros días hasta que podemos aprovechar los movimientos de Olla para devolverlos.
Mi padre es el encargado de custodiar a estos seres hasta que son devueltos. Hoy ha traído a casa a un niño del clan tocino que vivirá con nosotros unos días. Mi madre está histérica y nos ha prohibido hablarle, pero el niño tocino no para de preguntar y sonreír.

P: ¿Cómo te llamas?
B: Balo. 
P: Yo me llamo Panceta.
B: Estás sudando, Panceta. (digo riéndome)
P: Nosotros siempre sudamos, así sabemos que estamos sanos.
B: Mi padre dice que los tocinos sois unos pesados.
P: El mío dice que vosotros sois ignorantes... Espera, no te vayas, por favor. Lo siento. También dice que sois necesarios y que el padre Puchero os necesita.
B: El padre Puchero es Zan y no hay más que hablar. ¿O crees que padre Puchero suda?
P: Supongo que una parte de él suda...no sé...
B: Cállate. Zan es padre Puchero.
P: Perdona.
B: ¿Has visto alguna vez un garbanzo de cerca? 
P: Sí. 
B: ¡Mentira!
P: ¿Cuándo volveré con mi familia?
B: No lo sé. Sopa está empezando a hervir, mi padre esperará a que enfríe para enviarte. ¿Cuándo has visto un garbanzo? 
P: Mi padre habla con los garbanzos que se acercan a nuestras tierras. Yo voy con él.
B: ¿A qué huelen?
P: No lo sé, pero siempre están enfadados. 
B: ¿Y por qué se acercan a vuestras tierras? ¡Malditos! ¿No tienen bastantes con las suyas?
P: Quieren la Olla para ellos. 
B: ¿Y qué les dice tu padre?
P: Que si eliminan al resto de clanes, madre Sopa y padre Puchero no tendrán sabor.
B: ¿Sabor? ¿Qué es sabor?
P: Es el propósito de padre Puchero... (dice Balo dudando si continuar o callar)...cuando los seres de fuera abran la Olla...
P: ¿Qué seres? ¿Qué dices de fuera? Fuera no existe nada, eso son mentiras. (estoy empezando a asustarme sin saber porqué)
B: Puede ser, pero cuando ellos abran la Olla nos mezclaremos todos  de nuevo.
P: ¡Ni yo ni ningún zanahoria se va a mezclar con un tocino! ¡Antes muerto!
B: Mi padre dice que esto ya ha pasado y que volverá a pasar.
P: Tu padre es un tocino chalado y tú eres un...

De pronto siento como Sopa se mueve y tengo que agarrarme a Panceta para no perder el equilibrio. Oigo un  grito de mi madre y el llanto de mis hermanos.  Me suelto asqueado del niño tocino y salgo al exterior a ver qué pasa. Una luz nueva e inmensa lo ilumina todo. Seres de todos los clanes corren despavoridos mezclándose entre sí en un caos sin sentido. Intento ver a mi familia, pero no los distingo entre la confusión que me rodea. Tengo un nudo en la médula y no soy capaz de moverme, estoy aterrado.

P: ¡Han abierto la Olla! (dice Panceta a mi lado)
B: ¡Mamá! ¡Mamá! (grito desesperado mientras mis lágrimas naranjas caen en Sopa)
De pronto algo viene desde el exterior de Olla y nos agarra a Sopa y a unos cuantos y nos sube hacia arriba, donde la luz es aún más cegadora. Panceta y yo nos agarramos el uno al otro inconscientemente y en mis raíces veo agazapados dos garbanzos y un patata.
P: Tranquilo Balo, nacimos para esto...

El niño tocino calla en el momento que la luz se hace menos intensa y entramos en una especie de hueco oscuro y húmedo. Dentro de esta caverna un  pensamiento  cruza mi cabeza, "somos sabrosos", y siento una extraña alegría. En ese mismo momento las paredes de la caverna nos aplastan  a los unos contra los otros repetidas veces y de forma violenta. Los garbanzos, la patata, Panceta y yo nos mezclamos de tal forma que no sé dónde acaba mi cuerpo y empieza el de los otros. Antes de caer por  un enorme tobogán vuelvo a tener un extraño pensamiento, "somos Padre Puchero" y la oscuridad se hace total.







Siente

A veces puedo sentirte en algún rincón de mi cuerpo y sé que si te pienso te irás. 
Por eso respiro profundo y te siento. Te siento agazapada, temerosa y cada vez que intento solucionarte tú  te me escapas. Por eso hoy prometo que nunca más voy a juzgarte. Nunca más voy a confundir tu llanto con la lluvia. Nunca más voy a despistarme y perderte de vista en el pasillo donde habitan mis monstruos. 
Hoy te abro mi pecho para que te sientes en él como si fuese un campo de flores. 
Veo tu mirada posarse en el cielo azul e inundar mi frente de luz. 
Aquí, ahora, es fácil. 
Tú y yo...  seguras y a salvo siempre.
Déjate mecer por el aire, siente la Tierra.
Ahora es el momento,.. me planto, abro los brazos y esparzo mi semilla.
Tú y yo juntas somos magia, magia, magia.

viernes, 6 de mayo de 2016

ELAH Y EL DRAGÓN

Cuando la cola del  dragón rodeó su cuerpo, sus pies se anclaron a la Tierra y Elah supo que podía volar y volver a pisar una y otra vez, una y otra vez...Por eso volvió a caminar suave y fuerte su existencia recordando siempre su verdad. 

martes, 3 de mayo de 2016

ELLA ES...

Niña de algodón
que pinta colores 
llenos de emoción.
Hija de la Tierra
que entona al amor
con su piel de arena.
La mujer de fuego
que alumbra en la sombra
y muestra el sendero.

Madre hecha de mar
que le habla a Nur
de la libertad.
Abuela del viento
que cura las penas
con su sabio aliento.
Espejo en la calma
para que yo vea, 
en su iris mi alma.

Para Anna.
Gracias por ser.


martes, 26 de abril de 2016

VERÓNICA FRANCO

Siento duro mi cuello, pero no necesito respuestas. Hoy quiero 

abrir mi  pecho para que entres dentro aunque me duela. 

Quiero  abrirme a sentir sin miedo y contemplar los  

pensamientos sin arrastrarme hacia el caos 

de la razón. 
(Verónica camina de un extremo a otro en su  celda oscura.)

Diga lo que diga han decidido mi muerte. Malditos. No puedo aceptarlo, he de buscar otra salida. Confesaré lo que ellos quieran, me arrodillaré y les besaré  los pies, lloraré de arrepentimiento sincero. Si no lo hiciera sería idiota. Qué me importa a mí mentirles. Yo sé quién soy- Yo... Me va a explotar la cabeza. No puedo dejar de sentirlos a todos mirándome...Y cuántos que han probado mi cama y mis palabras miraban a otra parte cómplices del silencio. El miedo les cierra la boca. Me arde el estómago.  Respira Verónica. Piensa. Piensa rápido una forma de escapar. Sí,  confesaré cualquier tontería de la que me acusen.  Qué me importa lo que piensen de mí. Los que me aman sabrán que miento por salvar la vida y comprenderán. Eso es. Si juzgan mi cobardía yo juzgaré su silencio. Es inútil convencer a los presbíteros, siento la muerte en sus ojos. Y aún así deberían escuchar lo que tengo que decirles. No, calla Verónica,  ¿qué puedo cambiar yo si sé que esta oscuridad que ahora entra durará siglos? Malditos sean, malditos. Malditos por darme esta noche para volverme loca antes del juicio.  Volveré  a aquel salón y les besaré los pies. No podría perdonarme no hacer todo lo que esté en mi mano para sobrevivir. Eso es , sobrevivir... ¿Qué estoy pensando? No puedo soportar que gane la maldad, que siembren mi vida con sus mentiras, que me escupan como a un despojo.  ¡Si quisiera podría haceros sentir vergüenza malditos!  No, para Verónica. ¿Qué estás haciendo? Párate. Calma, respira....
Es más sencillo. Es simple. Puedo decir la verdad. 
Sus miradas me harán sentirme pequeña, sucia, insignificante... Sus miradas llenas de juicio confundirán  mis huellas, cada paso que di, cada decisión tomada, los errores... Me estalla la cabeza... 
¡Los odio! Necesito beber... Tengo mucho  miedo. No puedo pasar la noche en esta celda. No quiero morir. 
(Un grito ahogado la arroja al suelo. Llorando, arrastrándose se acerca a su jergón de paja. Verónica deja salir las lágrimas hasta calmarse.)
Aún respiro. Mi cuerpo sigue vivo. Mis manos. Siento en ellas el calor de otros cuerpos. Siempre habéis sabido qué hacer, qué escondrijo tocar para abrir los pechos cansados. Oh,  Verónica,  las caricias. Necesito recordarlas, cuántas caricias, cuántas palabras susurradas al oído. Los poemas, los versos inventados de la nada... 
No me confunde la vida, 
me confunde tu belleza, 
aléjate señor mío 
y demostrad gentileza.  
Eso haré, recitaré miles de versos hasta que amanezca. 
Desde siempre es sabido, 
que los hombres se retractan
de lanzarnos los  cumplidos,
que a nosotras nos espantan. 
Calle entonces señor mío,
no nos asuste por Dios.
Si yo me quito el vestido
es por mí y no por vos. 
Las palabras están vivas...
Recuerdo el poema que leía aquella  noche.  Cómo te reías, bribón. Con qué descaro me mirabas aun sabiendo que era mujer prohibida para un hombre de tu clase. ¿Cómo conseguiste colarte en mi alcoba? Ya no lo sabré nunca.  Mi cuerpo abriéndose a ti... Aún te siento.  ¿Qué mujer ha podido sentir tanto amor Verónica? No, no lo he sentido, lo he tocado. He tocado mil veces el amor. 
He vivido. He vivido mejor que muchas. 
He amado... me han amado.  Todo ha merecido la pena. 
Malditos sean los que no entienden. Pero yo puedo dar gracias.  Y así será. 
Mañana diré la verdad.  Ahora dormiré. 


Verónica Franco,  nacida en 1546 en Venecia, fue una  poetisa, activista y célebre cortesana. En 1580 la Inquisición la llevó a juicio acusada de brujería. Verónica se defendió con inteligencia, pero  siendo fiel a su verdad ante un tribunal lleno de hombres. La Iglesia le quitó todos sus bienes materiales, pero quedó libre de cargos y vivió. Verónica siguió escribiendo poemas eróticos y defendiendo el derecho de la mujer a aprender y a ser  respetada, hasta su muerte. 

sábado, 9 de abril de 2016

AlmaalmaalmaalmaalmaalmA

He caminado buscándote a través de cien  desiertos
He sentido el frío en mis huesos esperando detrás de alguna roca en ninguna parte
En la soledad llena de gente llamándote
Un grito llenando la noche sin brújula
La tierra me ha visto caminar descalza y ha recogido miles de lágrimas
He manchado de sangre sus valles confundida al no escucharte
He mojado mi cuerpo desesperada por limpiar tantos errores
He visto mentiras y he jugado a ciega con ellas
He sentido el dolor de creer que era otra
El vacío me ha encontrado a través del fuego que más arde
Pensamientos de muerte creados en la nada
Buscando acallar tu ausencia con una vara dura y negra
Una vara hueca que esconde una niña que no entiende

Pero ahora...he llegado donde ya estaba
He masticado cada experiencia y he roto la ignorancia

He atravesado las pieles que nos separaban
He roto un muro hecho de cuentos enredados
He caído en el vacío sin sentirme abandonada
He cubierto de luz mis heridas
He soltado mis cien  historias para sentirme ahora

Ahora puedo sentirte en mi pecho llenándome,  susurrándome: libre, vuela, vamos a por más.



martes, 2 de febrero de 2016

MAGIA


Entre tu forma y mi forma dejaste el silencio.




Tu partida llenó mi cuerpo de un vacío secreto. 
No hay pensamientos sabios solo el pulso de la tierra. 
Solo el cielo, solo el viento que mueve las hojas y despeina las pestañas. 
Tu papá y yo ahora caminamos lento, cogidos de la mano, respirando esta penita y a cada rato sonriendo. 
Tu partida me dejó un vacío que arrastra al silencio y me lanzó de un revés al corazón de la tierra que abraza. 
Hijo mio, hay un gran misterio en esto que llamamos vida y que a veces olvidamos. 
Tú nos has acercado a él y nos has hecho honrarlo. 
En solo dos meses abriste el corazón de tus padres y lo llenaste de ilusión. 
Me regalaste una varita mágica que yo llevaba en mi mano derecha y blandía en el mundo iluminando todo lo que tocaba. 
Con ella te mostré la cualidad de las cosas que existen, ¿recuerdas? 
Revoloteando entre nosotros alteraste nuestra sangre. 
A tu papá le barriste los miedos. A mí con un sopetón de amor me hiciste madre, a mis papás... abuelos. 
Tenerte dentro ha sido un regalo para siempre. 
Gracias infinitas. 
Tu papá y yo te damos las gracias por elegirnos.
Gracias por traernos el misterio de la vida y de la muerte. 
Gracias por enseñarme el inmenso amor tras la libertad. 
Gracias cosita linda, alma grande, porque tu presencia le dio alas a nuestros sueños e ilusiones y nos mostró el amor que tu papá y yo somos. Construimos mucho ilusionados con tu llegada y tu partida aunque triste, nos hace más honestos con nuestros anhelos. Plantaste y reafirmaste en nosotros el sueño de crear una familia. 
Ahora caminamos lento, respirando este vacío lleno de calma, sin miedo al mañana. 
El tiempo traerá más formas hermosas de elegir el amor. 
Como sabes hijo nuestras almas ya sobrevivieron durante siglos y ahora desean abrirse y confiar. 
Desde este suave silencio, tu papá y yo te decimos adiós con una sonrisa. 
Eres amado, eres parte de la familia, eres libre.