Durante mi exilio te olvidé.
A momentos creí verte bajo el dolor de unos ojos rotos,
pero dudé.
No creía en ti.
Hoy sí creo.
Hoy te deseo.
Me paro descalza frente a la tormenta y echo a correr.
Siempre que llego a la otra orilla, te encuentro.
Seguiré atravesando nubes por ti.
Llénalo todo.
Háblame del silencio.
Ámame desde dentro.
Mi Paz.
#UCDM, lección 118
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