jueves, 31 de enero de 2019

Cerrar los ojos

Cerrar los ojos y callar. 
Cerrar los ojos y no mentirme más.
Cerrar los ojos y sostener las nubes.
Cerrar los ojos y atravesar tormentas. 
Cerrar los ojos y sostener mi soledad inventada.
Cerrar los ojos y pararme frente a ilusiones y fantasmas. 
Cerrar los ojos, y nada más. 
Para sentir tu fuerza.
Para soñar Hogar.
Para caminar en silencio... junto a ti sin más. 

viernes, 18 de enero de 2019

Ru y Mak

Resguardada tras un árbol podía ver la batalla. La luz del atardecer bañaba las sangrientas escenas mientras lloraba en silencio. ¿Qué sentido podía tener todo aquello? El miedo atenazaba mi cuello. Miedo a no poder reponerme nunca de tal visión. Nada volvería a  ser igual después de observar tanto dolor y violencia. Cerré los ojos, pero no podía escapar de esas imágenes, los  pensamientos volaban locos en mi cabeza. Quería huir de allí, huir del mundo, huir de mí. 
Entendí que aquello era imposible y que si no intentaba enfrentar la situación allí mismo, se convertiría en un fantasma que me perseguiría toda la vida.  Aquello sería aún peor. Por eso abrí más mi ojos y respiré fuerte, sacando ese puño de acero de mi cuello y bajándolo a mi vientre. Apoyé mi cuerpo en el árbol uniéndome a sus raíces y miré. Tuve el impulso de volver a cerrarlos, pero ya había tomado una decisión. Seguí mirando. Claramente mi bando era el de los vencedores y ver a los míos masacrar a los que una vez fueron hermanos me rompía por dentro. Culpa.  Desesperanza. Pero seguí mirando. Nuestros supuestos enemigos seguían blandiendo sus espadas contra nosotros, lucharían hasta el final, no se rendirían nunca, no le temían a la muerte. Me di cuenta que no tenían miedo. Estaban a punto de morir y no tenían miedo. Podía ver en los ojos de muchos el brillo de creer luchar por la justicia. Vi a Roco, uno de sus jefes, luchando contra Ru y Mak, hermanos de mi bando. Ru y Mak, nunca estuvieron a gusto en tiempos de paz. Yo que tanto amé siempre la paz, ahora tuve la tentación de odiarlos, de culparlos de todo aquel caos. Pero aquello me envenenaría aún más, aislándome de los míos y confundiéndome. Por eso respiré y observé. Roco era fuerte, y a pesar de ser dos, Ru y Mak no podían ante semejante guerrero. En un momento la espada de Roco atravesó el estómago de Mak y éste cayó al suelo. La escena se congeló. Roco miró a Ru dispuesto a continuar luchando, pero Ru cayó de rodillas al lado de su hermano y sus manos intentaron taponar la herida. Lágrimas de angustia en los ojos de Ru. Los hermanos se miraban sin entender qué pasaba. ¿Cómo es posible que no supieran que esto podía acabar así? La ira llenó mi estómago, pero la agarré y la solté en las raíces del árbol que me sostenía. No quería más caos. Seguí mirándolos. Roco se había alejado de ellos, quizás ahora que Mak estaba solo no lo veía un contrincante a su altura. 
En mitad de la batalla, Ru y Mak abrazados en el suelo.  Ru gritando, "no te vayas", llorando desconsolado... Sus manos intentando taponar la herida mientras la sangre de Mak salía a borbotones. Mak comenzó a temblar y cogió las manos de su hermano. Quizás tranqulizándolo, haciéndole ver que iba a morir y que nada se podía hacer. Ru dejó de intentar retener la vida de su hermano y ambos se miraron. No sé cuanto tiempo antes de que los ojos de Ru se cerraran sin vida, pero la ternura fue infinita.  La compasión brotó de mi pecho y algo en mi interior los abrazó a ambos. A pesar del caos, había visto su amor.  
Gracias Ru y Mak, cuando la paz volviese  y la desesperanza viniese  a visitarme, siempre podría recordar que en la visión más dura de mi vida también hubo Amor.  

jueves, 17 de enero de 2019

ESPEJO DEL CIELO

Nur, puro espejito de Dios, 
en tus  ojos llevas el Cielo.
Tu mirada inspira Verdad y rinde las máscaras.
Nur, tan transparente,  
que en  tu primer año podías sentir cada turbulencia de esta Tierra salvaje.
Pero ellos contuvieron tu delicadeza y acompañaron cada remolino.
Ellos, pura presencia,  mirada sensible, amor infinito.
Ellos, a pesar de sus mil dudas, supieron acunarte. 
Ellos, que saben escucharte, los mejores padres.
Y así Nur, con cada hermoso atardecer en el Garraf, 
fuiste aprendiendo a estar entre nosotros con tu infinita sensibilidad, 
cada vez  menos enfadada, cada vez  menos asustada. 
Nur, sabia en las emociones, 
aprenderás a distinguir las tuyas de las que los otros te reflejan. 
Pondrás tu mirada al servicio de lo invisible, 
para recordar y recordarnos que todos somos el Cielo.
Nur, verte con tus papás, es ver un puzzle completo, 
es sentir que todo es perfecto. 




(Rueda Maya de Nur: 
Misión: ser espejo y aprender a serlo. 
Dificultad: la tormenta. 
Maestría a dar en su comunidad: inteligencia emocional).

martes, 15 de enero de 2019

Superviviente

Si, he luchado siempre.
Escapé de los muros.
Llegué al final, ¿porqué sigue aquí esta maldita soledad?
Convertida en aquello de lo que huí, ¿en qué momento perdí el rumbo?
Pero había que sobrevivir, ¿de qué otra manera iba a sortear tanto desamor?
Todos me admiraban y gracias a ellos pude ser quién soy ahora.
Sólo algunos supieron verme y ¿qué hice yo? Les escupí por su fragilidad.
Desprecié el poco amor que encontré en alguna esquina.
¿Qué pretendían de mi? Si hubieran seguido a mi lado, tarde a temprano se hubieran ido.
Eso jamás.
Cuanto dolor en mis tacones. Cuantas lágrimas en  mis falsas pestañas.
Pero ¿qué iba a hacer?
Sólo era un mujer. Una  mujer.
Orgullosa de haber caminado fuerte para sobrevivir a todo.
Orgullosa.
Sólo me pesan las veces qué pude ser más...
más generosa con mis hermanas.
Quizás mis nietas puedan entender.
Ahora me toca descansar.
Así haré.
Ojalá que ellas puedan ser.




MI CAJITA

                                                                                                         No puedo definir esto que siento.



                       Las palabras son pequeñas cajitas por donde rebosan salvajes mis sentimientos.

               Toda esta energía a la que le damos forma entre todos y todas...

Hace poco recordé que  sólo puede ser  Amor
.

YO SOY

Yo soy la lluvia




soy niña acunada

soy amparo soy montaña


Yo soy ternura irrefrenable

soy la sal en tu espalda

soy bravura soy agua


Soy madre soy hija soy voz

soy sabia abuela

soy lucha

soy alma

soy camino y pasos

soy ruido y calma

soy más

soy luz

soy brava

soy semilla

soy sol

soy maga


Soy abrazo

soy la que busca y encuentra

soy amparo en la oscuridad

soy estrella soy lamat soy ancha


Soy el espacio entre las palabras


Soy poesía

soy belleza

soy la que observa y ama


Soy la que te mira

soy inocencia

soy tremenda fuerza


Soy niña a salvo en su casa

soy familia que te ampara


Yo soy claridad

Yo soy tú y todos los que aman

MADRE DE LAS FLORES

Como  si todo fueras tú.
Como si el tiempo no existiera y siempre fuera mi hora en tu rostro.
Como si el viento susurrase tu nombre en cada árbol.
Como si no tuviese que ir o venir para estar cerca de ti.
Así me siento madre, cuando cierro mis ojos y te veo sonriendo. 




La paz de Jane

Jane evitaba mirar el pasado, pero momentos antes de morir no pudo evitar que las mil imágenes y experiencias de su vida desfilaran todas a la vez a través de su cerebro. Todos los instantes se encendieron de golpe y no fue capaz de distinguir los correctos de los incorrectos.
Encrucijadas.
Amores.
Pasiones disfrazadas.
Mentiras aprendidas.
Supervivencia.
Hastío y pereza.
Hogar.
Todo cobró  sentido antes de adentrarse en la paz.