sábado, 2 de febrero de 2013

GABINETE DE CRISIS

Son las tres de la madrugada y el gabinete ha decidido reunirse. Están sentados en círculo…veo una chica en el centro. Comienza hablando un señor muy educado; sus palabras tienen mucho peso y parece hacer creer a los demás que la reunión será breve. Pero justo al tomar asiento se levanta otra persona. Esta persona es… no sé cómo definirla, arisca quizás. Sus palabras inquietan al resto. Al sentarse, de forma automática se levantan dos señores. Están muy enfadados y hablan a la vez. Lo que dicen tiene todo el sentido o ninguno, es difícil saberlo porque se pisan y contradicen continuamente. La chica del centro empieza a difuminarse. Los dos señores se sientan y de pronto se levantan tres más gritando y amenazando al resto. La chica del centro se hace transparente, casi puedo ver a las personas sentadas tras ella. De pronto todos los reunidos se ponen en pie y gritan. Gritan tan fuerte que es difícil entender cada argumentación. No lo resisto y me tapo los oídos. La chica se pone en pie. Sus ojos están cerrados, su respiración es agitada…un momento, no tanto, parece que empieza a respirar más profundo. A medida que respira con más calma su imagen densifica, ya no puedo ver a los que gritan tras ella. Me arriesgo a oír de nuevo y ya no se oyen voces, sino un ronroneo desagradable, perturbador. Tampoco distingo a las personas reunidas, es como si sólo pudiera ver el círculo que conforman. Algo se enciende en el pecho de la chica, un vórtice que comienza a aspirar todo lo que hay alrededor. Tengo que agarrarme a algo si no quiero que me succione. Los reunidos empiezan a entrar en el pecho de la chica absorbidos por esa especie de tornado. Si no me agarro a algo ya yo terminaré igual. De pronto la fuerza de absorción desaparece y caigo al suelo agotado. La chica me mira y sonríe. 
YO: ¿qué ha pasado?

 
CHICA: eso no importa… cuándo lo experimentes entenderás para qué ha pasado.

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