martes, 29 de enero de 2013

HABLANDO CON LOS ÁRBOLES



Quizás todos fuimos árboles en otra vida. Sólo de imaginarlo algo profundo se enciende en mi estómago... como si la magia existiera , como si la vida pudiera ser tan  sólo respirar. Sentir la luz bañando mis hojas. Un leve picor en mis ramas, un escalofrío en mi tronco...fuego bajando hacia mis raíces.... acariciando todos  mis anillos en frenéticos giros ...danzando en una meditación alegre para llevar esa luz a la tierra. Muevo mis raíces sintiendo la humedad del suelo... como cuando muevo mis piernas en la cama buscando rescoldos de sábana más fresquita. El vientito mueve mis ramas que chocan con los brazos de mis hermanos. Mi familia a mi lado, perteneciendo a la misma tierra. Rozando nuestras raíces en un sitio muy profundo más abajo, confundiendo casi nuestras identidades. Mis frutos colgando sanos de mis ramas... cierto orgullo en las ramitas de las que cuelgan. Fruto parido de mi ciclo, de mi ritmo, sólo estando, respirando,  confiando... alguien viene a sentarse en mi tronco. Me mira intrigada, va muy rápido. Da vueltas a mi alrededor. Se para, se sienta, se levanta... se tumba en mis raíces. Su peso es agradable. Me pregunta muy rápido, ¿qui ets tu? Y me pongo tan contento... podría ser una amiga nueva. Le muestro mi mejor sonrisa meciendo algunas de mis ramas,  aprovechando un pequeño vientito que afortunadamente pasa en el momento justo. Ella parece entender... creo que llora porque sus ojos están húmedos.... ahora sonríe. Creo que tiene ganas de recordar algo que olvidó. Para es mi raro.... eso de olvidar. Mi tiempo pasa lento y la memoria de cada respiración queda en mis anillos haciéndome más sabio. Pero ella no tiene anillos ahora que me fijo bien. ¿Cómo sabrá quién es sin ellos? ¿dónde estará su familia? Un momento...ah ya lo veo.... todo está en su corazón. Desde él comienza a extender sus brazos y proyecta caricias hacia mis ramas, mi tronco...cosquillas que nos hacen intimar un poco más. Yo también le hago cosquillas moviendo mis ramas para dejar pasar pequeños haces de luz que atraviesan su rostro y su cuerpo. Hacía tiempo que no me divertía tanto... desde hace unas veinte estaciones donde aquella tormenta nos hizo danzar toda la noche...mis hermanos y hermanas riendo como locos mientras nuestras ramas se contorsionaban y abrían como nunca... tocando lo  que siempre estuvo lejos... a la mañana todos nuestros miembros dislocados, unos apoyándonos en otros, ramas en el suelo.... Huy se levanta para irse... pero no quiero que se vaya. ¿ Por qué tan rápido? Si aún no nos conocemos, ¿dónde va? Ojalá mis raíces me permitieran ir tras ella.  Leo en su corazón que no quiere irse. Pero comienza a caminar, se detiene y mira hacia atrás... continúa alejándose... se detiene , vuelve la cabeza y me mira. Ahora mis hermanos y hermanas también la observan y ella se da cuenta. Vuelve a girarse y continúa su camino.  Le pido a mi amigo el viento que nos ayude... una leve brisa que detenga su impulso, sólo eso. Gracias viento. Ella se para por fin aunque ya está muy lejos. Ahora todo el bosque la observa, todas las miradas de mis ancestros sobre su corazón. Un mar de agua se mueve desde su estómago hacia su garganta ahogándola en lágrimas y más lágrimas que no se detienen...  Su corazón nos ve a todos y comprende ... recuerda el tiempo en el que ella perteneció a esta tierra... eso también es nuevo para mí y mis ramas crepitan ante la sorpresa. ¿por qué se fue? ¿por qué eligió ese otro cuerpo? Un montón de preguntas se agolpan en mi corazón, en el centro de mi tronco. Ella comienza a caminar hacia nosotros...sabe que está volviendo a casa. Sabe que la amamos porque es una hermana más. Llega hasta mi tronco y me abraza. Todos mis hermanos y hermanas ríen y celebran y yo me siento tan orgulloso. La abrazo con mis ramas, protegiéndola. Su corazón reconoce el pulso de mi corazón , el pulso del bosque, y durante varias respiraciones todos existimos juntos anclados a la tierra.

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