jueves, 22 de abril de 2021

En este tren

Viajo en este tren que me lleva desde las montañas a la ciudad y observo a sus pasajeros. Mi vista se posa aquí y allá, pero de pronto llega a mi nariz el perfume de esta chica que se sienta a mi lado. La miro de reojo y vuelvo mi mirada a la ventanilla.  Aparentemente tan distintas. Ella se ha peinado, se ha arreglado, huele a limpio y a perfume. Se sienta recta preparándose para llegar. La huele y pienso, qué rico olor. Qué limpita va. Qué agradable. A mi también me gustaría ir a así. Tomarme el tiempo de darme todo ese autocuidado. De acariciarme con jabón y con perfume. 
Pero quizás mi autocuidado pase por olerla a ella ahora. Este instante en que su perfume me lleva a la seguridad del hogar. Ella y yo viajando juntas en este tren, envueltas y a salvo en el olor de este rico perfume. Cojo su mano con mi pensamiento y le doy las gracias. El anhelo de unión florece en mi interior. Lágrimas por la cantidad de juicios que como un software caducado veo deconstruyéndose  en mi cabeza. No quiero volver a juzgarte nunca más, ni a ti ni a mi, le susurro con mi pensamiento. No quiero pensar qué eres  distinta, que no te conozco, que no formas parte de mi. Todos esos gestos se sienten tan violentos. Deseo este instante de ternura que me sana, que me cuida, que me ama. Este instante fuera del tiempo donde tú y yo, mecidas por tu perfume, recordamos que somos hermanas. Que somos amantes. Que somos una.


sábado, 6 de marzo de 2021

Relación Santa

En este tiempo de silencio, 
este regalo de paz y soledad, 
me encuentro. 
Y te encuentro. 
A pesar del tiempo, 
aquello que veía en ti no ha cambiado. 
Al tocar mi vulnerabilidad te siento cerca, 
sujetando mi mano, 
cuidándome. 
Padre bueno eterno. 
Compañero. 
Tu deseo de amar, 
de cuidar, 
madre sin serlo. 
Me uno a ti. 
En este instante me uno a ti y te recuerdo. 
Es curioso, 
como hay una "fortaleza" que me aleja de ti: 
"venga ya, ya puedo sola. Ahora quiero que seas para mi tal y cual cosa, a ver a ver", 
y empiezo a exigir. 
 A dejarte fuera de esa "fortaleza" y a sentirme sola, separada de ti,
 ....de mi. 
Pero cuando caigo rendida en mi pecho, 
en las lágrimas, 
 en la niña que soy, 
en la vida que me habla...
te veo a mi lado sujetando mi mano. 
Y esto creo que ocurre más allá de mi y más allá de ti amor. 
Sujetas mi mano siempre. 
No porque seas especial, 
 si no porque eso es lo que eres. 
Lo que quizás somos. 
Puro amor y cuidado, 
más allá de este mundo inventado.